Cuando hablamos de cervezas Quadrupel, entramos en un terreno donde el sabor y la complejidad mandan. Estas cervezas belgas de alto cuerpo y graduación alcohólica no son para tomar a la ligera; cada sorbo trae consigo notas de frutas maduras, caramelo, especias y una calidez que pide a gritos un buen platillo que le haga justicia.
Si eres de los que cree que la cerveza artesanal merece más que solo papas fritas y alitas (aunque siempre hay un momento para ellas), aquí te presentamos los mejores maridajes para una Quadrupel como Zundert Trappist 10, Trappistes Rochefort 10 o Boulevard Bourbon Barrel Quad.
Cuando unes una Quadrupel con unas costillas de cerdo glaseadas con miel y especias, logras un maridaje donde cada bocado y cada sorbo se complementan de manera espectacular.
Las costillas BBQ suelen tener un equilibrio entre dulzura y notas ahumadas que encuentran en una Quadrupel un socio ideal. El dulzor de la malta y sus notas de frutas oscuras como higos y ciruelas secas resaltan la caramelización de la carne.
Por otro lado, el contenido alcohólico de la cerveza ayuda a limpiar el paladar después de cada mordida, evitando que el dulzor se vuelva empalagoso.
Si te gustan los maridajes donde los sabores contrastan, prueba combinar cervezas Quadrupel con un buen queso azul, frutos secos y miel.
El queso azul es conocido por su sabor fuerte y salino, lo que lo hace un compañero intrigante para la Quadrupel. Su intensidad se ve suavizada por la malta dulce de la cerveza, mientras que los frutos secos y la miel ayudan a equilibrar los sabores.
Este maridaje funciona porque el dulzor de la Quadrupel contrarresta la agresividad del queso, mientras que su carbonatación y alcohol limpian el paladar, preparándolo para el siguiente bocado.
El pato confitado con reducción de frutos rojos es un platillo sofisticado con notas grasas y dulces que encuentran en la Quadrupel su contraparte ideal.
El pato es una carne rica y jugosa que necesita una bebida con estructura para equilibrar su sabor. Aquí es donde entra la Quadrupel, con su combinación de maltosidad y alcohol, que corta la grasa del pato y potencia el dulzor de los frutos rojos.
Además, la levadura belga de las Quadrupel suele aportar un ligero toque especiado que se mezcla muy bien con los sabores de la reducción.
No todo tiene que ser salado. Una Quadrupel también se lleva bien con los postres, especialmente con un brownie de chocolate amargo con nueces.
El chocolate amargo y las cervezas Quadrupel comparten muchas similitudes en sabor. Ambas tienen notas de caramelo, frutos secos y un toque de amargor que se realzan mutuamente.
Las Quadrupel, además, tienen una carbonatación moderada y un nivel de alcohol que limpia el dulzor del postre, haciendo que cada bocado sea tan intenso como el primero.
Si hay una forma de integrar la Quadrupel en la cocina, es usándola para preparar un estofado de res con reducción de Quadrupel.
El estofado es un platillo robusto con sabores concentrados por la cocción lenta. La Quadrupel no solo funciona como acompañamiento, sino que también puede formar parte de la receta. Su cuerpo, dulzor y notas de caramelo y frutas oscuras aportan profundidad al guiso, mientras que su alcohol ayuda a extraer aún más sabor de los ingredientes.
Las cervezas Quadrupel no son solo bebidas para degustar, sino que pueden llevar tu experiencia gastronómica al siguiente nivel. Desde carnes intensas hasta postres, hay una Quadrupel para cada platillo.
Si buscas una experiencia más allá de lo común, prueba estos maridajes y descubre por qué las cervezas belgas han sido la elección de los paladares más exigentes durante siglos.
¿Cuál de estos maridajes te animas a probar primero?